jueves, 11 de diciembre de 2014

La Marca de la bestia


También hace grandes señales de tal manera que aun hace descender  fuego del cielo a la tierra delante de los hombres.

Y engañará a los moradores de la tierra con todas las señales que se ha permitido hacer en presencia de la bestia. 
Mandando a los moradores de la tierra que le hagan imagen a la bestia que tiene la herida de espada y vivió. (Apocalipsis, 13-13-14)
Y hacia que todos, pequeños y grandes, ricos y pobres, libres y esclavos se les pusiese una marca en la mano derecha o en la frente.
Que ninguno pudiese comprar ni vender, si no el que tuviese la marca de la bestia, o el número de su nombre.
Aquí hay sabiduría, el que tiene entendimiento, cuente el número de la bestia, pues es número de hombre, y su número es seiscientos sesenta y seis. (Apocalipsis, 13:16:17:18)

¡La Gran Tribulación!


en aquel tiempo se levantará miguel, el gran príncipe que está de parte de los hijos de tu pueblo; y será tiempo de angustia, cual nunca fue desde que hubo gente hasta entonces; pero en aquel tiempo será libertado tu pueblo todos los que se hallen inscritos en el libro. (Daniel, 12-1)    por que habrá entonces gran tribulación, cual no la ha habido desde el principio del mundo hasta ahora ni la habrá. 
Y si aquellos días no fuesen acortados, nadie seria salvo; más por causa de los escogidos, aquellos días serán acortados, (mateo, 24-21-22)

Los entendidos resplandecerán como el resplandor del firmamento; y los que enseñan la justicia a la multitud, como las estrellas a perpetua eternidad. (Daniel, 12-3) mas el pueblo que conoce a su dios se esforzará y actuará.
Y los sabios del pueblo instruirán a muchos; y por algunos días caerán a espada y a fuego, en cautividad y despojo. (Daniel, 11-32-33)
Y ellos le han vencido por medio de la sangre del cordero y de la palabra del testimonio de ellos, y menospreciaron sus vidas hasta la muerte. (Apocalipsis, 12-11)

Seis trompetas de tribulación

El primer ángel tocó la trompeta, y hubo granizo y fuego mezclado con sangre, que fueron lanzados sobre la tierra; 


Segunda Trompeta


El segundo ángel tocó la trompeta, y como una gran montaña ardiendo en fuego fue precipitada en el mar; y la tercera parte del mar se convirtió en sangre. 
Y murió la tercera parte de los seres vivientes que estaban en el mar; y la tercera parte de las naves fue destruida. (Apocalipsis, 8-8-9)

Tercera trompeta


El tercer ángel tocó la trompeta, y cayó del cielo una gran estrella, ardiendo como una antorcha, y cayó sobre la tercera parte de los ríos, y sobre las fuentes de las aguas.
Y el nombre de la estrella es ajenjo. Y la tercera parte de la aguas se convirtió en ajenjo; y muchos hombres murieron a causa de las aguas, porque se hicieron amargas. (Apocalipsis, 8-10-11)

Cuarta trompeta


El cuarto ángel tocó la trompeta, y fue herida la tercera parte del sol, y la tercera parte de la luna, y la tercera parte de la estrellas,  
Para que se oscureciese la tercera parte de ellos, y no hubiese luz en la tercera parte del día, y así mismo de la noche. (Apocalipsis, 8-12)

Quinta trompeta


El quinto ángel tocó la trompeta, y vi una estrella que cayó del cielo a la tierra; y se le dio la llave del pozo del abismo.
Y abrió el pozo del abismo, y subió humo del poso Como humo de un gran horno; y se oscureció el sol y el aire por el humo del pozo.
Y del humo salieron langostas sobre la tierra; y se les dio poder, como tienen poder los escorpiones de la tierra.
Y se les mando que no dañasen a la hierba de la tierra, ni a cosa verde alguna, ni a ningún árbol, si no solamente a los hombres que no tuviesen el sello de dios en sus frentes.
Y les fue dado, no que los matasen, sino que los atormentasen cinco meses; y su tormento era como tormento de escorpión cuando hiere al hombre. (Apocalipsis, 9-1 al 5)

Sexta trompeta


El sexto ángel tocó la trompeta, y oí una voz de entre los cuatro cuernos del altar de oro que estaba delante de dios, diciendo al sexto ángel que tenía la trompeta: desata a los cuatro ángeles que están atados junto al gran río Éufrates.
Y fueron desatados los cuatro ángeles que estaban preparados para la hora, día, mes y año, a fin de matar a la tercera parte de los hombres.
Y el número de los ejércitos de los jinetes era doscientos millones. Yo oí su número. Así vi en visión los caballos y a sus jinetes, los cuales tenían corazas de fuego, de zafiro y de azufre. 
Y las cabezas de los caballos eran como cabezas de leones; y de su boca salían fuego, humo y azufre, por estas tres plagas fue muerta la tercera parte de los hombres; por el fuego, el humo y el azufre que salía de su boca.
Pues el poder de los caballos estaba en su boca y en sus colas; porque sus colas, semejantes a serpientes, tenían cabezas, y con ellas dañaban. (Apocalipsis, 9-13 al 19)

Los Dos Testigos

PERO EL PATIO QUE ESTA AFUERA DEL TEMPLO DÉJALO APARTE, Y NO LO MIDAS PORQUE A SIDO ENTREGADO A LOS GENTILES, Y ELLOS HOLLARÁN LA CIUDAD SANTA CUARENTA Y DOS MESES Y DARÉ A MIS DOS TESTIGOS QUE PROFETICEN POR MIL DOCIENTOS SESENTA DÍAS, VESTIDOS DE SILICIO. (APOCALIPSIS, 11-2-3)


Pero el patio que está afuera del templo déjalo aparte. 
Y no lo midas porque ha sido entregado a los gentiles, y ellos hollarán la ciudad santa cuarenta y dos meses y daré a mis dos testigos que profeticen por mil doscientos sesenta días, vestidos de silicio. (Apocalipsis, 11-2-3)
Estos testigos son los dos olivos, y los dos candeleros que están en pie delante del dios de la tierra.
Si alguno quiere dañarlos, sale fuego de la boca de ellos, y devora a sus enemigos; y si alguno quiere hacerles daño, debe morir el de la misma manera.
Cuando hayan acabado su testimonio, la bestia que sube del abismo para guerrear contra ellos, los vencerá y los matará. Y sus cadáveres estarán en la plaza de la grade ciudad.
Estos tienen poder para cerrar el cielo, a fin de que no llueva en los días de profecía; y tiene poder sobre las aguas para convertirlas en sangre, y para herir la tierra con toda plaga, cuantas veces quieran.


Cuando hayan acabado su testimonio, la bestia que sube del abismo para guerrear contra ellos, los vencerá y los matará. Y sus cadáveres estarán en la plaza de la grade ciudad. 
Que en sentido espiritual se llama Sodoma y Egipto, donde también nuestro señor fue crucificado.
Pero después de tres días y medio entro en ellos el espíritu de vida enviado por dios, y se levantaron sobre sus pies, y cayo gran temor sobre los que los vieron. Y oyeron una gran voz del cielo, que les decía; subid acá, y subieron al cielo en una nube; y sus enemigos los vieron.
Y los de los pueblos, tribus, lenguas y naciones verán sus cadáveres por tres días y medio, y no permitirán que sean sepultados y los moradores de la tierra se regocijarán y se enviaran regalos unos a otros; porque estos dos profetas habían atormentado a los moradores de la tierra.
Pero después de tres días y medio entro en ellos el espíritu de vida enviado por dios, y se levantaron sobre sus pies, y cayo gran temor sobre los que los vieron. Y oyeron una gran voz del cielo, que les decía; subid acá, y subieron al cielo en una nube; y sus enemigos los vieron.
Y en aquella hora hubo un gran terremoto, y la décima parte de la ciudad se derrumbó, y por el terremoto murieron en número de siete mil hombres.
Y los demás se aterrorizaron, y dieron gloria al dios del cielo. (Apocalipsis, 11-4 al 13)

¡La Final Trompeta! ¡La Llegada Del Mesías!

El séptimo ángel tocó la trompeta, y hubo grandes voces en el cielo, que decían: los reinos del mundo han venido a ser de nuestro señor y de su Cristo; y él reinará por los siglos de los siglos.  Y los veinticuatro ancianos que estaban sentados delante de de dios en sus tronos,
Se postraron sobre sus rostros, y adoraron a Dios, diciendo: te damos gracias, señor dios todopoderoso, el que eres y que eras y que has de venir, porque has tomado tu gran poder, y has reinado.  Y se airaron las naciones, y tu ira ha venido, y el tiempo de juzgar a los muertos.
Y de dar el galardón a tus siervos los profetas, a los santos, y a los que temen tu nombre, a los pequeños y a los grandes, y destruir a los que destruyen la tierra.
Y el templo de dios fue abierto en el cielo, y el arca de su pacto se veía en el templo, y hubo relámpagos, voces, truenos, un terremoto y grande granizo. (Apocalipsis, 11-15-19)
Inmediatamente después de la tribulación de aquellos días, el sol se oscurecerá, y la luna no dará su resplandor, y las estrellas caerán del cielo y las potencias de los cielos serán conmovidas. (Mateo, 24-29)
Entonces aparecerá la señal del hijo del hombre en el cielo, entonces lamentaran todas las tribus de la tierra y verán al hijo del hombre viniendo sobre las nubes del cielo con poder y gran gloria. (Mateo, 24-30) 
Y enviará a sus ángeles con gran voz de trompeta, y juntará a sus escogidos de los cuatro vientos, desde un extremo de cielo hasta el otro. (Mateo, 24-31)