El segundo ángel tocó la trompeta, y como una gran montaña ardiendo en
fuego fue precipitada en el mar; y la tercera parte del mar se convirtió en
sangre.
Y murió la tercera parte de los seres vivientes que
estaban en el mar; y la tercera parte de las naves fue destruida. (Apocalipsis,
8-8-9)
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