El sexto ángel derramó su copa sobre el gran río Éufrates; y el agua de
éste se secó, para que estuviese preparado el camino a los reyes del oriente. Y vi salir de la boca del dragón, y de la
boca de la bestia, y de la boca del falso profeta,
Tres espíritus inmundos a manera de ranas; pues son
espíritus de demonios, que hacen señales, y van a los reyes de la tierra en
todo el mundo, para reunirlos a la batalla de aquel gran día del dios
todopoderoso.
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