lunes, 1 de diciembre de 2014
¡El milenio!
Acontecerá en lo postrero de los tiempos, en que será confirmado el
monte de la casa del señor como cabeza de los montes, y será exaltado sobre
todos los collados y correrán a él todas las naciones.
Y juzgará entre las naciones, y reprenderán a muchos pueblos, y
volverán sus espadas en rejas de arados, y sus lanzas en hoces, no alzarán
espada nación contra nación, ni se adiestrarán mas para la guerra. (Isaías,
2-2-3-4)
Se acordarán, y se volverán al señor todos los confines de la tierra, y
todas las familias de las naciones adorarán delante de ti, porque del señor es
el reino, y el regirá las naciones. (Salmos, 22-27-28)
No edificaran para que otro habite, ni plantarán para que otro coma;
porque según los días de los árboles serán los días de mi pueblo, y mis
escogidos disfrutarán la obra de sus manos.
No trabajarán en vano, ni darán a luz para maldición; porque son linaje
de los benditos del señor, y sus descendientes con ellos. (Isaías,
65-20-21-22-23)
Porque la tierra será llena del conocimiento de la gloria del
señor como las aguas cubren el mar. (Habacuc, 2-14)
Y destruirá en este monte la cubierta con que están cubiertos todos los
pueblos, y el velo que envuelve a todas las naciones. (Isaías, 25-7)
En aquel tiempo los sordos oirán las palabras del libro, y los ojos de
los ciegos verán en medio de la oscuridad y de las tinieblas.
Entonces los humildes crecerán en alegría en el señor y aún los más
pobres de los hombres se gozará en el santo de Israel. (Isaías, 29-18-19)
He aquí que para justicia reinará un rey y príncipes presidirán en
juicio. (Isaías, 23-11)
Y se manifestará la gloria del señor, y toda carne juntamente la vera;
porque la boca del señor ha hablado. (Isaías, 40-5)
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