Oí como la voz de una gran multitud,
como el estruendo de muchas aguas, y como la voz de grandes truenos, que decía;
¡aleluya porque el señor nuestro dios todopoderoso reina! Gocémonos y
alegrémonos, y démosle gloria; porque han llegado las bodas del cordero, y su
esposa se ha preparado. Y a ella se le
ha concedido que se vista de lino fino, limpio y resplandeciente; porque el
lino fino es las acciones justas de los santos. Y aquel ángel me dijo; escribe;
bienaventurados los que son llamados a la cena de las bodas del cordero, y me
dijo estas son las palabras verdaderas de dios. (Apocalipsis, 19-6-7-8-9)
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