El quinto ángel tocó la trompeta, y vi una estrella que cayó del cielo a
la tierra; y se le dio la llave del pozo del abismo.
Y abrió el pozo del abismo, y
subió humo del poso Como humo de un gran horno; y se oscureció el sol y el aire por el humo
del pozo.
Y del humo salieron langostas sobre la tierra; y se les dio poder, como
tienen poder los escorpiones de la tierra.
Y se les mando que no dañasen a la hierba de la tierra, ni a cosa verde
alguna, ni a ningún árbol, si no solamente a los hombres que no tuviesen el
sello de dios en sus frentes.
Y les fue dado, no que los matasen, sino que los atormentasen cinco
meses; y su tormento era como tormento de escorpión cuando hiere al hombre.
(Apocalipsis, 9-1 al 5)
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